Me encanta oler flores en la oscuridad –dijo-.
Es cuando puedes apoderarte de tu alma.
–Lucy Montgomery

Qué miramos cuando vemos

qué vemos cuando oímos

qué oímos cuando el silencio colma la atmósfera

y el pasado olvidado

desembarca el último día del año

y abruma con voz trémula y siniestra la calma

fabricada con esmero y simulada con perfume y amapolas.

La infancia ¿existe? ¿quiénes éramos entonces?

entre las manos arrugadas de una madre muerta

-que acaricia lastimosa una vida adulterada-

asoma la sombra de un niño entumecido

mordiendo el abismo de los límites arcaicos

sostengo la calma pero el aire ruge

con un sonido que traspasa el alma

los fantasmas no existen

pero pululan como cuervos invisibles

robando los ojos de aquellos infelices.

Qué miramos cuándo vemos sin ojos ni sonidos

sino los cadáveres enterrados de aquellos años

que en forma de flechas envenenadas apuntan

al eco enajenado de un olvido, testigo y eterno.

Qué miramos cuando olvidamos el abismo que nos parió.

Qué vemos cuando lo tenebroso interpela

–sigilosamente-

como tentáculos perversos, el deleite aciago.

Vemos tan solo eso que somos y evitamos mirar

y olvidamos amar y creemos vivir

y sentimos morir.

____María Quaglia____