fuimos ilimitados
hasta que nos engendraron
al nacer fuimos expiados
en nuestra propia cárcel
somos ángeles caídos
en busca de un poco de paz
la consciencia
no puede con lo ilimitado
el cuerpo tampoco
la paz es muerte
la guerra es vida
la lucha sofoca
el arte deja de ser maravilloso
y uno desea la libertad
esa libertad amada y codiciada
sin tiempo, sin límites
para volver a ser el apeiron
que una vez fuimos
y que no nos da sosiego.
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María Quaglia